El acuerdo que baja de nuevo a la realidad al Mercosur

La asociación integral con el Viejo Continente en aparente reactivación, merece recordar las obligaciones que aún debe-y deberá- cumplir el bloque comunitario

El desempeño de las delegaciones argentinas en la últimas reuniones técnicas de los Estados parte del Mercosur para unificar las oferas arancelarias a la Unión Europea (UE) estaría indicando la disposición del gobierno a renunciar a su reticencia y contribuir seriamente al progreso de las tratativas para formalizar una zona de libre comercio. Si así fuera, el viraje sería muy auspicioso. Pero dado el tiempo transcurrido desde la época en que las negociaciones comerciales internacionales eran práctica corriente en el país, cabe un repaso sobre las implicaciones de este posible y bienvenido ambio de actitud.

Reconociendo la magnitud del desafío que representa este acuerdo de integracón, consideremos aquí sólo las preocupaciones más inmediatas referidas al acceso a mercados. En este aspecto, operadores y analistas plantean al menos tres órdenes de atención: el mercado europeo, y el rediseño del Mercosur.

En primer lugar, en relación con el acceso al mercado argentino, es evidente que este acuerdo traerá consigo una expresa ratificación del artículo 11 de lGATT que prohíbe la adopción o mantenimiento de restricciones sobre importaciones y exportaciones. En la misma línea, es de rigor la cláusula que prohíbe adoptar o mantener medidas incompatibles con el Acuerdo de Procedimientos para el Trámite de Licencias de Importación de la OMC, Ahora bien, ¿ cómo se compatibilizan semejantes dispocisiones con la vigencia actual de impedimentos(«cepos») monetarios, cambiarios y aduaneros manifiestamente arbitrarios?

En un segundo lugar, debemos suponer que las demandas argentinas estarán enfocadas a la obtención de concesiones para las exportaciones agroalimentarias. En tal sentido, sería aconcejable prestar atención a los acuerdos de la UE con otros países latinoamericanos.

Por ejemplo, además de ceñirse a contingentes o cupos y al uso de componentes específicos en sus aranceles aduaneros, la UE incluye recursos como las salvaguardias agrícolas.¿Que productos quedarán comprometidos por el régimen y bajo qué condiciones serían aplicadas dichas salvaguardias? Y sobre a fijación de precios «de entrada», ¿Cuáles exportaciones argentinas resultarían afectadas? Y en materia de administración de cupos o contigentes, ¿cómo garantizar el uso de los métodos más aptos para el aprovechamiento de las concesiones?

Normas técnicas

No menos importaciones son los obstaculos o «normas técnicas» bajo invocaciones de calidad, seguridad o inocuidad y que interponen empresas privadas a la comercialización de diversos productos y que muchas veces encubren desplazamientos ilegítimos convirtiendo en letra muerta el principio de trato nacional.¿La Argentina se limitará a suscribir un compromiso génerico de trato nacional o requerirá mayor compromiso y cooperanción de la UE para remover semejantes prácticas en el interior de sus mercados?.

En tercer lugar, se supone que para distintas nóminas de mercaderías, los plazos y ritmos de desgravación (además de otras disposiciones) podrán tener cáracter bilateral, artículando así separadamente cada uno de los países del Mercosur con la UE. De modo que la Argentina le caben dos tareas, una de ellas puramente interna (aligerar a distintas actividades productivas en el país de cargas fiscales que hoy comprometen su competitividad frente a las radicadas en otros Estados del Mercosur con el objeto de inhibir o desalentar posibles rencillas comerciales debido a las concesiones negociadas por separado frente a la UE y ante la eventual relocalización de inversiones dentro de la subregión.

Por último, una zona de libre comercio con la UE inevitable acarreará ciertos desvíos de comercio cuyos costos creciento sólo podrán removerse mediante la reproducción de negociaciones similares con terceros países. En especial habrá que utilizar estos acuerdos de última generación para incrementar y profundizar, con previsivilidad y transparencia, multiples lazos de interdependencia comercial y económica que son prioritarios para el interés nacional, incluyendo las relaciones con China y países de Asia sudoriental.

Fuentes: LA NACIÓN

 

 

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