Los sindicatos le apuntan a Kicillof

Las bases presionaron a los dirigentes de los gremios portuarios y embarcados para lograr algún tipo de definición. La marina mercante desfallece, lo que resiente la industria naval, y la caída del comercio exterior impacta de lleno en la actividad portuaria que tiene al vencimiento de la concesión de una de las principales terminales de contenedores del país el epicentro de su crisis.

La paciencia que el arco gremial viene teniendo con el Gobierno es más estratégica que estoica. Pero el crédito político para con el sector está agotado. La pulsión sindical derivó en la decisión de un paro y movilización por parte de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra) al Ministerio de Economía, el segundo traspaso que realiza la administración Kirchner en su organigrama de Gobierno del área que rige los intereses gremiales y empresarios: Puertos y Vías Navegables.

El primer traspaso se generó a partir de una tragedia. Florencio Randazzo, ministro del Interior, sumó su cartera del área de Transporte. Ahora, este apéndice molesto, pasó al Ministerio de Economía. A esta cartera se iban a movilizar el jueves último. Pero Economía aceptó recibirlos el miércoles pasado y se desactivó la medida.

La Fempinra ya había solicitado audiencia en numerosas oportunidades a Mariana González, titular de la Secretaria de Coordinación Económica y Mejora de la Competitividad (de la que pasó a depender  Puertos y Vías Navegables), sin éxito. Cuando esa reunión finalmente se dio, los sindicalistas fueron recibidos por otros funcionarios de la cartera que manifestaron «desconocer el tema, pero poner su mejor voluntad para solucionar los problemas».

Jorge Bianchi, secretario adjunto del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, señaló que «la década ganada fue un desastre en el aspecto fluvial. Perdimos 70 barcos fluviales de la flota argentina y no tenemos más portacontenedores argentinos operando entre los puertos de Santa Fe, Rosario y Buenos Aires por la disposición 1108 (de la Subsecretaria de Puertos y Vías Navegables) que dio un giro que perjudicó notablemente, a tal punto que ni los puertos están trabajando».

«Nos cambiaron inesperadamente de un Ministerio a otro sin consulta, con expedientes en trámitem y no sabemos cómo sigue su curso», agregó Bianchi, y continuó: «Nos pasan de oficina en oficina. Siempre están aprendiendo, pero cuando se dan cuenta cómo funciona esto se sacan el tema de encima, y tenemos que arrancar de cero».

Según los gremios embarcados, hay una posibilidad cierta de repatriar parte de la flota que adoptó la bandera paraguaya. Dicen que los armadores estarían dispuestos si se achican parte de las asimetrías. Ahí es donde el nombre de la secretaría que atiende González toma fuerza: hay que resolver la competitividad.

«Eso sería una movida de costo  cero  para el país porque son capitales privados que invertirían para retomar la presencia argentina en la hidrovía», agregó.

No obstante, las señales no llegan. «Estamos de espalda a los ríos y al mar. Y lamentablemente volcamos todas nuestras esperanzas en el último subsecretario de Puertos y Vías Navegables (Horacio Tettamanti) y no nos ayudó; creíamos que iba a trabajar para poder cambiar esto, pero no fue así. Y hoy estamos mal con los vecinos, sin marina mercante, y perdemos puestos de trabajo todas las semanas porque se nos van  los barcos. Hay soluciones factibles que no le cuestan nada al país, y sólo medidas correctivas para cambiar historia», agregó Bianchi.

Por su parte, Roberto Coria, secretario general de Sindicatos de Guincheros y Maquinistas de Grúas Móviles, indicó que el sector portuario reclama «hace rato atención, pero sólo notamos indiferencia, más cuando hay de por medio una concesión con 750 directos de trabajo en juego.

La primera, y única, medida que tomó el ministro Axel Kicillof luego de heredar el área de Puertos y Vías Navegables fue suspender la licitación de la terminal 5 de Puerto Nuevo, concesión que venció en 2012, se extendió por tres años, y vence definitivamente el 30 de setiembre.

Pero el anuncio de la suspensión no le siguió todavia noticia alguna sobre cómo sigue el tema. Las hipótesis pasaron desde una prórroga por cuatro años para igualar el plazo de concesión con las otras dos terminales (Terminal 4 y Terminales río de la Plata) y luego licitar todo el puerto, hasta la nacionalización del sistema portuario.

«Algo no funciona en la negociación. Hace rato que insistimos en una política de integración portuaria y discutir el tema porque las medidas económicas del último lustro plancharon el comercio exterior. Se siguen inaugurando terminales (por Tecplata) y nos vamos a encontrar con una sobre oferta de muelles y falta de carga. Esto trae desempleo» destacó Coria.

Coria subrayó nuevamente que » la política portuaria no está en la agenda de este gobierno», porque si existiera, «nosotros la acompañaríamos, porque promovería inversioones que genera puestos de trabajo», algo que no pasa en el sector.

Consultado respecto de los candidatos presidenciables y sus planes al respecto, indicó que tanto en el marco de la Confederación General de Trabajo (CGT) como en la Confederación Argentina del Transporte (CATT) se invitó a los candidatos. «Notamos un gran desconocimiento», señaló, luego de destacar que tanto Mauricio Macri como Margarita Stolbizer «canalizaron las inquietudes en sus fundaciones».

«En los últimos años sólo tocan el tema portuario ante un conflicto, y lo mismo pasa con la industria naval y en la hidrovía. Pero nunca se resuelven los temas de fondo porque siempre en el área de Transporte hay situaciones mucho más complejas y mediáticas que las nuestras y nuestros pedidos vuelven para atrás. Hace cinco años venimos planteando el tema de la licitación de la terminal 5», agregó.

Coria hizo un paralelo con los planes de puertos de aguas profundas que Uruguay está impulsando. «Ellos tienen un proyecto  portuario, y es lo mismo que pedimos nosotros. No nos alcanza que nos digan que en la provincia de Buenos Aires donde había un  pastizal hay una terminal de contenedores de última generación, porque no es de la provincia, sino de una multinacional (Ictsi) que invirtió y que busca sacar un rédito. Como no vamos a apoyar un proyecto de puerto de aguas profundas a 15 años», manifestó.

Respecto de los planteos de nacionalización de los puertos, indicó que los trabajadores «no podríamos estar en contra porque todos tenemos la imagen de un estado fuerte, con poder de decisión económica y solido». No obstante, agregó: No resolvimos los problemas de salud, seguridad y de educación, y quieren puertos estabilizados, que requieren muchísima inversión en maquinaria, en calado y capacitación de trabajadores. Es una quimera con la calidad de Estado que tenemos hoy. Alcanza ver como funcionan las empresas del Estado hoy. El puerto brinda servicios internacionales, con los tiempos de Estado los barcos se van porque las cargas no van a esperar. El mundo funciona así», concluyó.

Fuente: LA NACIÓN 

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