Muy lejos de las tendencias

La Argentina y Brasil están cada vez más despegados de los cambios comerciales que signan este tiempo; la situación de la negociación con la Unión Europea

En el mundo están ocurriendo muchas cosas muy importantes. Pero los dos países principales del Mercosur parecen no percibirlas, no tomarlas en cuenta o restarles trascendencia.

Una buena parte de los países están embarcados en procesos de integración que ya están en marcha y en otros que próximamente lo estarán. Mientras tanto, la Argentina y Brasil aparecen abstraídos mirandose el ombligo continuando con una relación que si bien en lo político puede ser más o menos buena, en lo comercial está sumado cada vez más enfrentamientos y discrepancias.

Permanecemos en la creencia de que con la asociación con Brasil ya estamos colmados y satisfechos. Es más, sobrevaloramos la importancia política y económica de un país indeciso que no termina nunca de asumir el liderazgo continental y que por otra parte, no es ni industrial ni económicamente lo que muchos parecen creer en nuestro país.

Brasil ha desarrollado una industrialización puertas adentro pero que no se refleja en sus exportaciones. Por una parte, las exportaciones sumadas de la Argentina y Brasil no llegan ni de cerca a las exportaciones de México, el tercer gran país latinoamericano que el año pasado exportó por 800.000 millones de dólares.

Por otra parte, las principales exportaciones brasileñas (más del 60 por ciento) son de materias primas o productos con bajo valor agregado como el mineral de hierro, soja, petróleo crudo, oleaginosas, pasta celulósica, café, azúcar, cacao, algodón carne vacuna y de aves, jugo de naranja.

Otra dirección

Pero el mundo se está moviendo rápidamente hacia la concreción de nuevos tratados de libre comercio.

Muy cerca de nosotros, la Alianza para Pacífico integrada por Colombia, Chile, Péru y México, con el probable agregado de Costa Rica y Panamá, y de Paraguay en carácter de observador, ya ha concretado desde su reunión en la ciudad de Cali el año pasado, el funcionamiento de una zona de libre comercio.

Es más, poco tiempo despúes, en Lima, comenzaron las reuniones destinadas a ampliar el comercio con otros poderosos países del Pacífico como Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, China Corea y Malasia, entre otros.

Por último, un posible convenio de liberalización entre Estados Unidos y Europa (28 países, entre ellos Alemania Francia, España, Italia y el Reino Unido) que es cada día más posible concreción, sería una verdadera revolución a nivel planetario. Y con incalculables consecuencias negativas para nuetros países del Sur.

El principio de la multilateralidad de las rebajas arancelarias, principio fundamental del GATT cuando fue creado hace 67 años con el fin de incrementar el comercio mundial, se está logrando por otro camino que en realidad no es tan eficaz, pero que finalmente sirve.

El comercio internacional ha crecido a niveles que a la época de la fundación GATT (1947) eran insospechados. Ha habido durante todos estos años una rebaja generalizada de aranceles y una disminución de las restricciones no arancelarias, aunque esto último en mucho menor grado.

Los tratados de libre comercio, si bien están creando bloques cerrados, al fin y al cabo, han aumentado el intercambio a nivel global utilizando otro camino.

En tanto, los dos países principales del Mercosur han rechazado, sistemáticamente desde hace por lo menos diez años y por inexplicables prejuicios ideológicos, realizar acuerdos con los Estados Unidos. Algo que han hecho muchos otros países latinoamericanos , tanto que seria tedioso enumerar. Además, despúes de veinte años de firmado el acuerdo de macro entre Mercosur y la Unión Europea todavía estamos en veremos por cuanto en las sucesivas y ocasionales reuniones no se alcanza conformidad para las cosas fundamentales. Esto es en gran parte por la negación europea a incluir a los productos agrícolas emtre sus concesiones y probablemente (aunque no se diga) por su desconfianza hacia nuestros países dados los antecedentes que tenemos que incumplir nuestros compromisos y obligaciones,

CON PAÍSES NO CREÍBLES Y DE PÉSIMA FAMA ¿QUIÉN PUEDE TENER GANAS DE NEGOCIAR EN SERIO?

violar los acuerdos firmados entre nosotros (por ejemplo el Tratado de Asunción) estableciendo restricciones al comercio y de no acatar los fallos de nuestros propios tribunales. Con países no creíbles y con esa pésima fama, ¿ quién puede tener ganas de negociar en serio?

En medio de la indiferente somnolencia que se ha apoderado de nuestros gobernantes por lo que está aconteciendo en el mundo real, algún presidente de un Estado miembro de Mercosur ha manifestado recientemente su confianza en el futuro de la integración regional dado que se va a ampliar el comercio firmando acuerdos preferenciales con países como Ecuador, Guyana y Surinam.

Sin comentarios.

Fuente: LA NACIÓN

 

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