«Operativo desarme»: cómo desactivar el cepo y qué precio ven desde el exterior para el dólar

06-04-2015 Las restricciones se instauraron de un día para el otro pero no será tan fácil quitarlas. Antes, habrá que ir reduciendo riesgos a fin de evitar una corrida bancaria. Analistas anticipan los recaudos a tomar mientras que agencias internacionales revelan qué cotización ven para diciembre. Ranking

 

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En la recta final hacia los comicios, la agenda de los candidatos muestra algunas aristas en común.

Temas como la necesidad de sostener los niveles de empleo, lograr la recuperación delconsumo y de la actividad industrial o avanzar hacia una administración transparente y que ataque los actos de corrupción son algunos de esos «ingredientes» que suelen estar presentes en todos los discursos de los aspirantes a liderar un gobierno.

Sin embargo, de cara a estas elecciones, hay tópicos más complejos de abordar, ya sea porque los candidatos no disponen de un plan concreto o porque tienen temor de espantar al electorado.

Uno de ellos es el del futuro del dólar en la Argentina. Y esto abarca aspectos que van desde su cotización hasta qué es lo que se hará concretamente con el «cepo«.

En esta carrera, uno de los que se apuró por diferenciarse de sus rivales políticos fue Mauricio Macri, quien afirmó que «a partir del 11 de diciembre no hay más cepo».

¿Su receta? Según el candidato, el cambio de signo político permitirá una reversión de los flujos de capitales, de modo que -según explicó- «van a sobrar los dólares» en las arcas del Banco Central.

Claro que el tema del tipo de cambio es tan controvertido que hasta dentro de su propio partido Macri cosechó suspicacias.

El economista del PRO, Carlos Melconian admitió que, en caso de llegar a la Presidencia, no se podría terminar con la restricción a la compra de dólares el primer día de gestión.

«¿Vos te creés que diez meses antes vas a estar definiendo las medidas que vas a tomar el 10 de diciembre a la noche?», preguntó, para luego explicar que las palabras de Macri fueron para dar «un título» y no para tomárselas con demasiada literalidad.

Más allá de esta polémica, para los analistas, cualquier candidato que tenga en sus planes avanzar con una posible liberación del cepo, antes deberá tomar decisiones respecto del valor del dólar. 

Según el consenso entre economistas, no es posible liberar completamente su venta a ahorristas dejándolo en la cotización actual de $8,80 que fija el Banco Central.

Sucede que, tras el salto del año pasado, el poder adquisitivo de los argentinos se ha ido recuperando en términos de billetes verdes, tendencia que se irá profundizando conforme se generalicen las mejoras salariales. 

Esto determinará que, sin una corrección previa, el levantamiento del cepo hará que se produzca un aluvión de ahorristas intentando hacerse de divisas.

Nicolás Scioli, hermano del gobernador y vicepresidente del Grupo Provincia, alertó que «liberar el control de cambios de un día para el otro significará vaciar el Banco Central automáticamente».

Para Aldo Pignanelli, ex titular del BCRA, «salvo que se piense en una hiperdevaluación, es imposible sacar el cepo».

Claro que el futuro de la cotización no está vinculado únicamente con las restricciones al mercado cambiario. El próximo Gobierno deberá resolver otros problemas graves como el continuo deterioro de la balanza comercial, producto de la fuerte pérdida de competitividad que aqueja a las empresas exportadoras.

El saldo entre compras y ventas al mundo, una de las últimas fuentes genuninas de divisas, años atrás llegó a dejar en «limpio» unos u$s 16.000 millones pero en 2014 apenas arrojó u$s 6.700 millones.

Según Gastón Rossi, director de LCG y ex secretario de Políticas Económicas del Ministerio de Economía en la época de Martín Lousteau, de seguir en la senda actual, el tipo de cambio real multilateral –es decir, considerando otras monedas e inflación- se encamina a concluir el año un 22% por encima del nivel que había en 2001.

Es decir, las empresas locales que exportan sus productos a los principales destinos internacionales, se encontrarán con que son 22% menos competitivas -en términos cambiarios- que en uno de los peores momentos económicos que atravesó la Argentina en su historia.

«Es un atraso cambiario insostenible, aseguró Rossi a iProfesional.

Para Jorge Remes Lenicov, ex ministro de Economía, «hay que devaluar, porque desde hace tres años las exportaciones vienen cayendo«.

Otro factor condicionante es la presión que llega desde Brasil, que dejó depreciar su moneda frente a la divisa estadounidense hasta tocar su nivel más bajo en once años.

Al respecto, el economista Orlando Ferreres aseguró que la devaluación del país vecino «está afectando mucho a la Argentina», al punto que «estamos como con Menem en 1999«, ya que «la depreciación del real desde mitad de 2014 es del 40% y la del peso no llega al 9%«.

¿De qué se habla cuando se habla de «devaluar»?
En el gremio de los economistas hay coincidencias respecto de que la administración que llegue al poder deberá tocar la cotización del dólar, al menos para revitalizar al «Made in Argentina». 

Sin embargo, hay divergencias en torno a cuál debería ser el valor de la divisa si es que se apunta a un levantamiento completo del cepo.

En este sentido, las palabras de Macri desbordaban de optimismo, dado que, en caso de llegar a la presidencia, anticipó que dejará «flotar el tipo de cambio. Pero lo vamos a tener que sostener porque vendrán tantos dólares que el peso tenderá a apreciarse. Vamos a buscar un punto de equilibrio que no perjudique al asalariado».

Pese a este análisis que lanzó el titular del PRO, en el mercado descreen de la posibilidad de que 2015 culmine sin novedades en el plano cambiario y, más aún, con un fortalecimiento del peso.

Basta echar una mirada sobre los negocios que actualmente se realizan en el mercado de futuros de Rosario (ROFEX), donde se prevé que el próximo presidente se encontrará con un valor del dólar cercano a los $11 para enero próximo, lo que implicaría una devaluación de casi 30% en doce meses.

En un parámetro similar se mueven los pronósticos de distintos analistas y consultoras locales e internacionales, tal como se desprende del último informe Focus Economics, que arroja un valor promedio para el billete verde del orden de los $11,50 de cara al último mes del año.

Según el relevamiento, entre las proyecciones más elevadas se encuentran las de CitigroupSantander y Merrill Lynch, que prevén que el dólar podría moverse entre los $12 y los $12,50 en diciembre, tal como se puede observar en el siguiente cuadro:

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En el gremio de los economistas aseguran que cualquier medida que vaya a tomarse y que involucre al cepo, ésta deberá ir acompañada por un plan integral para evitar riesgos, incluyendo un programa que apunte a un equilibrio fiscal y una mayor apertura comercial.

Un ejemplo de una medida que tuvo como misión corregir el tipo de cambio atrasado, pero que logró resultados pobres, tuvo lugar cuando el entonces titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega, avanzó con una fuerte devaluación en enero del 2014.

La consecuencia inmediata fue un salto abrupto de los precios que terminó «comiéndose» esa ganancia de competitividad. Además, haber mantenido fijo el tipo de cambio generó que, poco a poco, para muchos ahorristas el billete verde pase a tener un precio cada vez más conveniente.

En definitiva, lo que los analistas destacan es que el objetivo de terminar con el cepo sólo podrá cumplirse cuando la divisa estadounidense alcance un valor que no sea atractivo.

Para Lenicov, «los ahorristas compran dólares cuando sienten que el tipo de cambio está atrasado«.

«El valor de la divisa debería ser más cercano al del informal que al oficial actual», consideró el economista, si bien aclaró que este precio no permitirá levantar automáticamente el cepo. «Sólo se podrá liberar de forma gradual», recalcó.

En este contexto, hay analistas que ponen su atención en el tipo de cambio de equilibrio, que consiste en comparar la cantidad de circulante con las reservas.

Para Gastón Rossi, de la consultora LCG, un nivel más «real» del dólar se ubicaría en un rango que va de los $11 a los $13.

Jorge Vasconcelos, director del IERAL de la Fundación Mediterránea, toma también otro parámetro, como es la cotización de la divisa en Brasil, que superó la «línea psicológica» de los 3 reales por dólar.

«Para volver al equilibrio cambiario con nuestro vecino, entonces el precio del oficial se debería ubicar entre los $10,50 y los $11,50″, aseguró el analista.

Cualquiera de estos valores de «equilibrio» podrán dotar de más competitividad a la economía -siempre y cuando la suba de la divisa no vaya a costos- pero no permitirán ponerle fin al cepo de la noche a la mañana sin que haya consecuencias.

De hecho, estas cifras que se están barajando no distan mucho del actual valor del billete verde que deben convalidar aquellos ahorristas que acuden a la ventanilla de la AFIP, cercano a los $10,60 (oficial + recargo del 20%).

Este valor determinó que la demanda explote, a punto tal que las ventas ya se acercan a los u$s500 millones mensuales, con cifras que baten récords mes a mes.

Incluso el llamado «dólar turista» (oficial + recargo del 35%), que hoy cotiza a casi $12, se ubica cerca del punto de equilibrio que marcan los analistas. Y este valor no impide que se estén disparando las ventas con tarjeta de crédito en moneda extranjera, cuyos saldos en febrero tocaron su mayor nivel desde fines de 2013.

Esto pone de manifiesto que hacer confluir al oficial con el blue está lejos de convertirse en una «solución mágica» que, por sí sola, permita levantar las restricciones.

Antes de hablar de cifras concretas, para el economista Diego Giacomini, hay dos puntos clave que deberán resolverse antes de tomar cualquier medida de esta naturaleza: reducir el sobrante de pesos y corregir los desequilibrios fiscales.

«No se sabe cuántas reservas habrá ni cuántos pesos van a sobrar para el 10 de diciembre. Por lo tanto, no se puede saber cuándo se podrá levantar el cepo. Lo importante, primero, es ‘sacar‘ los pesos que sobran. Porque cuanto más circulante haya, entonces se necesitará más tiempo para ponerle fin a las restricciones», sostuvo Giacomini.

Paralelamente, enfatizó que «la reforma fiscal es la piedra angular en la solución de los problemas, porque para que haya política monetaria prudente, con 3 a 6 por ciento de inflación anual, no tiene que haber dominancia fiscal, con un sector público que obligue a emitir pesos para financiar el exceso del gasto público».

Para el experto, «tiene que haber superávit fiscal y hay que reformar la Carta Orgánica del Banco Central, para que su objetivo sea preservar el valor de la moneda y que no haya inflación«, que obligue al próximo Gobierno a volver a devaluar para corregir los desfasajes y desalentar nuevamente la demanda de divisas.

Para este analista, recién a partir de ahí se podrá hablar de una «normalización completa» del mercado cambiario.

De modo que, como lo explicó Pignanelli, cualquier otra receta que busque desarmar el cepo de manera automática, sólo podrá estar acompañada por una medida igual de brusca, como una «hiperdevaluación«.

Fuente: i Profesional

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